En este artículo, presento un eje de una investigación sobre el gobierno a distancia en el marco de la monarquía hispánica: a partir del caso de Filipinas trato de identificar los mecanismos de vinculaciones entre las diferentes partes del “imperio” y las opciones seguidas – o más bien los tanteos – para establecer un dominio castellano en Asia desde la Corte, México o Filipinas. Un aspecto de este tema se encuentra en el papel de las instituciones religiosas en el gobierno, en particular el rol del obispo y de la diócesis, cuando en Asia las relaciones con los portugueses seguían siendo conflictivas. Estudio las implicaciones geopolíticas de la creación de la diócesis de Manila, y cómo el obispado fue una variable de ajuste en la búsqueda del buen gobierno para Filipinas. Trato también de explicar el nombramiento de Domingo de Salazar como primer obispo de Filipinas, un fraile dominico, defensor de los indios, que resultó ser un hombre de Estado.