A partir de un trabajo etnográfico en un ejido cafetalero del Soconusco (Chiapas), esta ponencia analiza las trayectorias laborales de una decena de jefes, jefas de familia descendientes de ejidatarios nacidos entre 1950 y 1970. Las historias de vida de esta generación clave, que experimentó dos modelos económicos distintos, permiten entender a un nivel micro los cambios en los mercados de trabajo rurales y sus impactos sobre la organización familiar doméstica. Anteriormente, la familia ejidal unía a sus miembros alrededor de la producción agrícola de café, la familia daba en gran medida un soporte laboral a sus miembros y definía una cierta organización doméstica. Las familias que encontramos hoy en el Soconusco ya no viven exclusivamente de la producción agrícola familiar sino del salario de sus miembros y, por lo tanto, sus estrategias de reproducción se basan a partir de las condiciones variables e inciertas del mercado de trabajo en el campo. La ponencia analizará cómo las nuevas inserciones laborales de los jefes de familia (diferenciaremos las trayectorias de los hombres y de las mujeres), fuera de la producción cafetalera familiar, en distintos trabajos no-agrícolas, redefinen el papel de cada miembro en las relaciones de genero e intergeneracionales de la familia y conllevan los padres a cuestionar la organización familiar doméstica anterior y los roles “tradicionales” de cada uno.